Excellent Seams was started by Gladys Quintanilla. Gladys started to sew at the age of six. Her first customers of her were her dolls of her. As she cut and seamed the dresses, she dreamed with one day create real outfits for real children.
Gladys empezó a coser a los seis años. Sus primeros clientes fueron sus muñecas. Mientras cortaba y cosía los vestidos, soñaba
con crear algún día trajes de verdad para niños de verdad.Sin embargo, dejó de lado su pasión cuando creció, a los 14 años, tuvo que trabajar para mantener a su madre enferma, que sólo contaba con ella.
Cada día soñaba con la posibilidad de diseñar ropa. Sin embargo, sabía del dolor que su madre sufría. 

Therefore, he completely abandoned the passion he felt for clothes. At the age of 17, she had to fully work and help her mother in her last days. When her mother died, Gladys met her husband and was blessed with her two children. Michelle and Giovanny brought her the lost inspiration for children's clothing, which was taken from her by the pain she had to go through with her mother. For the first time, she sewed for real children. She delighted in making dresses for Michelle and bubbles for Giovanny. She felt that her life rewarded her sacrifice when she stopped to help her mother. Her love for her children pushed her to start one day offering her dresses to the public. Gladys, with a sewing machine, began the adventure of her business. Now, Gladys has gone from having a business home to a vibrant factory. She is grateful that after going through all the challenges, she now has the opportunity to enjoy her life with her family. She firmly believes that it's great to have dreams, but it's even better to live them. She therefore believes that anyone with a dream can work to make it come true. 

Michelle y Giovanny le trajeron la inspiración perdida para la ropa de niños, que le fue arrebatada por el dolor que tuvo que pasar con su madre. Por primera vez, cosía para niños de verdad. Se deleitó haciendo vestidos para Michelle y burbujas para Giovanny.
Sintió que la vida le premiaba el sacrificio que cuando se detuvo a ayudar a su madre.

El amor por sus hijos la empujó a empezar un día a ofrecer sus vestidos al público. Gladys, con una máquina de coser, comenzó la aventura de su negocio. Ahora, Gladys ha pasado de tener un negocio
casero a una vibrante fábrica. Se siente agradecida de que, después de pasar por todos los retos, ahora tiene la oportunidad de disfrutar de su vida junto a su familia.

Cree firmemente que es estupendo tener sueños, pero es aún mejor vivirlos. Por lo tanto, cree que cualquiera con un sueño puede trabajar para hacerlo realidad.