Las actuales tensiones geopolíticas en el Mar Rojo generan crecientes preocupaciones sobre la seguridad del transporte marítimo a nivel mundial. En medio del conflicto entre Israel y Hamas, los ataques de los rebeldes hutíes respaldados por Irán contra buques mercantes vinculados a Israel están en aumento, planteando riesgos significativos.
Según el informe de diciembre de Container xChange, el Mar Rojo es una vía vital hacia el Canal de Suez, por donde transitan diariamente entre 50 y 60 barcos, manejando alrededor del 30% del tráfico mundial de contenedores. Su importancia estratégica facilita el comercio entre Europa, Asia y los países árabes.
La región sur del Mar Rojo ha sido designada como zona de alto riesgo por el mercado de seguros de Londres, llevando a medidas adicionales y primas para los buques que la atraviesan. Las tensiones podrían impulsar a los armadores a buscar rutas más seguras pero costosas, como navegar alrededor del Cabo de Buena Esperanza.
A su vez, las incertidumbres globales afectan el desempeño económico de China, con caídas en las exportaciones, especialmente hacia el Sudeste Asiático. La industria naviera se adapta trasladando la fabricación de contenedores fuera de China.
A pesar de esto, indicadores económicos sugieren que la economía global podría recuperarse. La Reserva Federal de Nueva York reduce la probabilidad de recesión en Estados Unidos, fortaleciendo el gasto del consumidor y beneficiando el transporte marítimo de contenedores.
Sin embargo, el aumento de la tensión en el Mar Rojo y el Canal de Suez plantea interrogantes sobre la consolidación de estos indicadores positivos. Recordamos el caos causado por el bloqueo del Ever Given en 2021, subrayando la importancia crítica de estas vías para el transporte marítimo y las cadenas de suministro globales.