Reflexiones sobre la Era Post-Covid-19: Desafíos y Transformaciones en la Cadena de Suministro

La Organización Mundial de la Salud (OMS) marcó un hito el viernes 5 de mayo de 2023 al declarar el fin de la emergencia sanitaria mundial por Covid-19, poniendo así fin a una pandemia que se extendió desde el 30 de enero de 2020. Estos tres años y tres meses de lucha contra la enfermedad han dejado una profunda huella en la logística y en la forma en que concebimos la cadena de suministro. La digitalización y una nueva forma de operar se han convertido en pilares fundamentales en este nuevo escenario.

Sin embargo, a pesar de los cambios significativos, la industria se enfrenta aún a sus propias contingencias y a la necesidad de tomar decisiones a corto, mediano y largo plazo. Según el analista Jon Monroe, el mes de mayo será crucial en términos de definiciones, ya que se llevarán a cabo negociaciones sobre las tarifas de contrato, se finalizarán las negociaciones laborales del sindicato de trabajadores portuarios de la costa oeste de Estados Unidos y existe la posibilidad de que se ponga fin al alza de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal.

Uno de los legados de la pandemia es el desequilibrio entre la oferta y la demanda, que desafió la capacidad de la industria para responder a una demanda sin precedentes en los peores momentos de la emergencia sanitaria. Los efectos de esta reacción tardía aún se sienten hoy en día, con una gran cantidad de naves inactivas y millones de contenedores disponibles para transportar carga, mientras las rutas transpacíficas buscan recuperar el equilibrio perdido durante los meses de congestión provocados por la pandemia.

Las tarifas de fletes también se encuentran desequilibradas, ya que se están recuperando después de la caída abrupta de los máximos históricos alcanzados en 2021 y 2022, que permitieron a las navieras obtener ganancias sin precedentes. Además, el ámbito laboral también presenta desequilibrios, ya que las negociaciones del sindicato de trabajadores portuarios de la costa oeste de Estados Unidos, iniciadas en junio de 2022, han ocasionado interrupciones en los puertos de Los Ángeles/Long Beach, resultando en la pérdida de miles de TEUs que posiblemente se hayan dirigido hacia puertos de la costa atlántica de forma permanente.

En la era post-Covid-19, una de las promesas clave es la visibilidad de los datos. La toma de decisiones informada se ha convertido en un elemento fundamental para lograr flexibilidad y resiliencia en la cadena de suministro, y esto solo puede lograrse a través de la integración de información, comunicaciones y conectividad en tiempo real.

Además, los despidos masivos y el aumento de las tasas de interés en Estados Unidos están desacelerando el consumo, lo que a su vez afecta el flujo de carga. Algunos expertos ya hablan de una posible recesión, mientras que otros consideran que es parte de un movimiento pendular de corrección tras los años de disrupción causados por la pandemia. Independientemente de la causa, es evidente que la capacidad de reacción de la cadena de suministro es fundamental en estos escenarios para gestionar la capacidad y prepararse para un futuro en el que se espera una menor afluencia de carga y una posible variación en los valores de las tarifas tanto spot como de contratos.