La imagen de un contenedor detenido en el puerto se convirtió en una pesadilla derivada de la pandemia. Debido a los retrasos provocados por la escasez de trabajadores, cierres de puertos, y otras medidas sanitarias, los recargos de detention & demurrage, que suelen ser evitados a toda costa por parte de los beneficiarios de la carga, rápidamente comenzaron a acumularse, sumando a una operación de importación/exportación cada vez más costosa. Según el reporte anual de benchmark de Container XChange sobre recargos de detention & demurrage, tercera edición –al cual MundoMaritimo accedió de manera exclusiva—, las tarifas de D&D han marcado un alza de 12% en 2022 comparado con los valores registrados antes del inicio de la pandemia.
Los recargos por detention & demurrage son costosos por una razón, y una buena razón: para aumentar el retorno de los contenedores; mientras antes se regresa un contenedor a la naviera, antes puede ser re-utilizado para mantener la fluidez de la cadena de suministro. Entonces, todo funciona como una máquina bien aceitada, como un reloj preciso, donde breves retrasos son aceptados como parte de un margen de aumento de costos que pueden ser absorbidos dentro de una operación ‘saludable’. Pero, ¿qué pasa cuando la salud de la cadena de suministro se ve comprometida? Bueno, dos años de pandemia y sucesivas disrupciones a la logística marítima han demostrado exactamente qué pasa cuando el control sobre los estrechos márgenes ya no es posible.
El reporte analiza 60 puertos en todo el globo, donde los cinco puertos con recargos de D&D más elevados están en Estados Unidos entre los US$3.100 y los US$2.200 tras los días libres acordados, y los cobros menores se encontraron en puertos chinos como Quanzhou y Zhenjiang promediando US$120 (con directa relación entre mientras más días libres acordados, más baja la tarifa; y viceversa, a menor cantidad de días libres, mayor el cobro de D&D). En cuanto a las líneas navieras, la que tiene la tasa más baja es Cosco en US$322, mientras que Yang Ming fue la más alta registrada con US$719, seguida de Maersk con US$595.
Congestión portuaria. Contenedores atrapados, sin entrada, sin salida. Expedidores y dueños de la carga sin poder movilizar sus productos. Estas cajas detenidas no solo estaban ocupando espacio y retrasando el acceso a consumidores finales, sino que además estaban entorpeciendo el flujo natural de la cadena de suministro. Entonces, en los puertos más congestionados el tiempo libre se redujo y los recargos de demurrage se aplicaron antes y a un costo más alto. “Muchos expedidores ahora están poniendo en práctica el traspaso de contenedores entre muelles, a modo de regresarlos rápido y así evitar recargos elevados”, lee el estudio.
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