Con el fin de las restricciones de movilidad por el coronavirus en la gran mayoría de los países, las aerolíneas están recuperando destinos y frecuencias que se habían suprimido por la crisis sanitaria, sabedoras de las recuperadas ganas de viajar.
Solo en España, según datos de Aena, las compañías han programado 116,8 millones de asientos y casi 677.000 despegues y aterrizajes durante la temporada de invierno, que se extiende hasta el próximo 25 de marzo. Este volumen supone un incremento del 5,3% respecto al mismo periodo previo a la pandemia.
La reserva de vuelos de larga distancia ha empezado a remontar gracias a la reapertura al turismo de destinos como Tailandia, Japón o Nueva Zelanda, y a la flexibilización o eliminación de los protocolos anticovid para los viajeros. Sin embargo, la guerra de Ucrania y el cierre del inmenso espacio aéreo ruso han obligado a las aerolíneas europeas que vuelan hacia Extremo Oriente (como Air France, KLM, British Airways, Iberia, Lufthansa o Finnair) a cambiar sus corredores aéreos y desviar sus rutas hacia el sur, alargando entre una y cuatro horas el tiempo de los vuelos y elevando los costes de combustible. Todo ello se traduce en un mayor precio de los billetes y en un incremento de las emisiones.
Tampoco es posible, por el momento, viajar a China, uno de los pocos países de Asia que mantiene cerradas sus fronteras al turismo. Según Aena, solo siete de las 175 rutas que actualmente parten del aeropuerto madrileño de Barajas tienen como destino Oriente Próximo y el sudeste asiático. Son Abu Dabi, operada por Etihad; Doha, adonde vuela Qatar, y Dubái, por Emirates. También hay una a Yeda (Arabia Saudí), ofrecida por Saudia. En el caso de Barcelona, existen seis rutas operadas por Etihad (Abu Dabi), Qatar (Doha), Emirates (Dubái), Saudia (Yeda), Singapore Airlines (Singapur) y Korean Airlines (Seúl). Estas aerolíneas del golfo Pérsico aprovechan su estratégica situación, entre Europa, África y Asia, para ofrecer viajes operados por aviones de gran capacidad. Emirates, por ejemplo, ha traído a Madrid el Airbus A-380 (el mayor avión de pasajeros), con el que vuela entre la capital española y Dubái, con conexiones a lugares como Seychelles, Mauricio, Maldivas, Tokio y Osaka. Cathay Pacific, que ya operaba en Barajas y Barcelona-El Prat antes del estallido de la pandemia, recupera un vuelo semanal desde Madrid a su base en Hong Kong, con conexiones a varios destinos de Extremo Oriente.
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