O se es respetuoso con el medio ambiente o el creciente volumen de vuelos en todo el planeta es inviable. El mensaje ha calado entre las instituciones europeas, en EE UU o Japón, y llega con nitidez al sector aéreo. Las compañías se quejan de una cuesta empinada hacia la neutralidad en carbono en 2050 por la falta de soluciones a corto plazo que sustituyan al queroseno, tal y como advirtieron el miércoles las aerolíneas de la alianza europea A4E. Pero todas ellas mueven ficha para afrontar el mandato de la descarbonización.
El objeto de deseo es el combustible sostenible para la aviación (SAF por sus siglas en inglés), cuya escasez ha desatado una fiebre de alianzas y pedidos pese a los altos precios (entre tres y seis veces más caro que el queroseno). La iniciativa Refuel Aviation, diseñada en Bruselas, obliga a un uso mínimo del 2% de SAF mezclado con queroseno en 2025; un 5% en 2030, y la cota sube al 63% en 2050. Los actuales motores de las aeronaves permiten mezclas al 50%, aunque Airbus ya ha volado en pruebas con aviones al 100%. El SAF recorta un 80% las emisiones en comparación con el actual fuel.
Ante esta oportunidad, petroleras como BP, Total, Shell, Repsol o Cepsa, se adaptan, y se avista una inversión millonaria en capacidad de refino de biocombustible en EE UU, Brasil, Panamá, Australia, Reino Unido, Italia, Portugal o en España. Hasta ahora se han operado unos 450.000 vuelos comerciales con algo de SAF en los depósitos, según estimaciones de Iata. Las mayores aerolíneas han firmado más de 40 pactos con suministradores en este 2022.
Uno de los paradigmas es el de la estadounidense United, que invertirá en la futura refinería de biocombustibles de Next Renewable Fuels, en Port Westward (Oregón, EE UU). La instalación debería estar operativa en 2026 para atender a la costa oeste con una capacidad de 50.000 barriles de SAF. United también fue pionera en mayo al comprar SAF en el exterior, con un pedido a la finlandesa Neste para alimentar sus aviones en Ámsterdam (Holanda).
Air France-KLM ha elegido esta semana a Total Energies como proveedor con un memorando que contempla 800.000 toneladas de SAF hasta 2033. Ambas colaboraban desde 2014 en la gestación del combustible que desplazará al queroseno. La petrolera francesa, con presencia en 300 aeropuertos, prevé producir 1,5 millones de toneladas al año para 2030.
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