Repsol e Iberia completaron ayer el primer vuelo con biocombustible operado en España, gracias al lote de biojet fabricado por Petronor el pasado mes de agosto. En total, el lote consta de 5.300 toneladas de combustible, el equivalente a cuarenta rutas Madrid—Bilbao, en donde se han utilizado distintos residuos de origen nacional procedentes de la industria agroalimentaria. El vuelo logró reducir la emisión de 1,4 toneladas de CO₂ a la atmósfera, debido a la mejora sustancial de la eficiencia en el consumo que aporta el avión. Y eso que la mezcla de biocombustible era de un 1,8%, del 5% máximo que permiten las especificaciones técnicas nacionales y europeas. La CE quiere que en 2025 el sector de la aviación cubra el 2% de su consumo con combustibles sostenibles, para subir al 5% en 2030 y al 63% en 2050.
Las rutas de fabricación de biojet deben estar aceptadas en las especificaciones técnicas internacionales, respetando los límites máximos establecidos. La mezcla máxima permitida se sitúa en un 5%, para poder cumplir con los requisitos de calidad establecidos. En el caso del vuelo fletado ayer, el porcentaje de biocombustible utilizado fue de un 1,8%, una cifra que, de acuerdo a las declaraciones de la refinería, aumentarán progresivamente. El lote fabricado en Petronor resulta totalmente compatible con el sistema logístico empleado en España, el cual establece que la actividad debe apoyarse en un sistema de transporte intermodal que permita su desarrollo.
Las herramientas de economía circular empleadas en el proceso, en el cual han intervenido la empresa barcelonesa Lipsa y la navarra Oleofat, han permitido transformar los residuos no aptos para el consumo en productos de alto valor añadido, como son los combustibles de baja huella de carbono.
De igual modo, para el repostaje de la aeronave se ha utilizado un vehículo de suministro de combustible de aviación de propulsión eléctrica con cero emisiones, además de la realización de diferentes pruebas a bordo de envases que permitan sustituir los envases de un solo uso. El director de Petronor Innovación, Elías Unzueta, se refirió ayer en la rueda de prensa celebrada en la refinería vizcaína a lo que supone la evolución de la descarbonización de los combustibles para el transporte aéreo: “Hoy es un día para estar orgullosos y para celebrar un hito que permitirá la utilización de biocombustible en sectores como el aéreo o el marítimo”. La nueva senda para conseguir la neutralidad en 2050 establece una reducción del Indicador de Intensidad de Carbono del 15% en 2025 e ir creciendo de manera progresiva, hasta alcanzar el 55% en el año 2040.
Esta iniciativa se enmarca en el convenio de colaboración que fue firmado por Iberia y Repsol en el mes de julio, el cual se encuentra en consonancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible que son promovidos por Naciones Unidas a través de la Agenda 2030. En este sentido, Unzueta destacó la importancia de seguir avanzando para cumplir con lo establecido: “Tenemos que ir avanzando poco a poco en la ruta tecnológica, en la que tendremos que ir avanzando acorde a la demanda. También incluimos las predicciones basadas en los combustibles sintéticos [no procedente de fuentes de energía fósiles] enfocados, sobre todo, hacia el sector de la aviación”. La hoja de ruta marcada en el convenio establece los biocombustibles como la manera más rápida y eficiente de reducir las emisiones de CO2, al no ser posible por el momento la electrificación.
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