La empresa naviera más grande del mundo, la danesa Maersk, está ganando más dinero que nunca. Gracias a la escalada en el precio del alquiler de sus contenedores, la firma registró en el tercer trimestre del año el período más rentable en sus 117 años de historia. Las ganancias, antes de descontar impuestos e intereses, llegaron a los US$5.900 millones, mientras que los ingresos alcanzaron los US$16.600 millones.
Las grandes navieras han resultado ser las grandes ganadoras de la crisis de las cadenas de suministros que trasladan las mercancías por todo el mundo. Como hay exceso de demanda por parte de los consumidores y falta de oferta para mover los productos, los precios del transporte marítimo se han disparado.
En general, el transporte marítimo de carga es considerado como «una industria de bajos márgenes que atrae pocos inversores», explica. Las 10 compañías más grandes controlan el 85% del transporte marítimo global, según datos de Drewry. «Yo diría que el mercado está moderadamente concentrado y que es un sector bastante competitivo», apunta el experto.
Willy Shih, profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard, señala que el récord de ganancias de las navieras se debe a un tema de oferta y demanda en un sector con altos y bajos. «La industria naviera ha tenido años de austeridad. Por décadas no ha sido un negocio tan rentable por tener exceso de capacidad», dice en diálogo con BBC Mundo. «Es un negocio cíclico», agrega el investigador.
Las proyecciones apuntan a que la crisis en las cadenas de suministros continuará el próximo año, no solo porque hay cuellos de botella en los puertos, sino también porque falta mano de obra en otras partes clave del proceso como. Por ejemplo, conductores de camiones que lleven las mercancías desde los terminales portuarios a los centros de distribución.
Como la crisis no da señales de amainar, las firmas que se están quedando sin inventario han tenido que acudir al transporte aéreo de los productos. Empresas estadounidenses como Nike, Crocs o Levi Strauss han pagado costos mayores para transportar algunos de sus productos en aviones.
Eso explica por qué ha comenzado a subir la demanda por transporte de carga aéreo, una alternativa más costosa, pero que en un contexto desafiante como el actual, ha ganado espacio. Incluso el gigante Maersk ha comenzado a ampliar sus operaciones desde el mar hacia los cielos, al comprar Senator International, un operador de carga con sede en Hamburgo, Alemania, que le dará más acceso a aviones, capacidad ferroviaria, almacenamiento, líneas de distribución y embalaje de productos.