La diferencia entre «normalización» y «estabilización» del transporte marítimo

Las tarifas de fletes, que subieron como espuma durante la pandemia y que cayeron como piedras desde septiembre de 2022 hasta marzo de 2023 han mostrado valores estables en torno a un 20% sobre los valores promedio registrados en 2019, antes de las disrupciones del Covid-19. Sin embargo, no se debe confundir esta estabilización del mercado con una ‘normalización’, ya que, según advierte Lars Jensen, analista es CEO y fundador de la consultora estratégica de shipping de contenedores Vespucci Maritime «el mercado ha vuelto a la normalidad, con algunas excepciones que siguen en proceso de normalización. Pero nadie debe esperar estabilidad o previsibilidad planas o tranquilas, ya que esto nunca fue parte de ser ‘normal’”, según un artículo de su autoría publicado en Journal of Commerce. 

Y es que el consejo de Jensen apunta, precisamente, a la ilusión de la ‘normalización’ en una industria que opera bajo la permanente amenaza de la disrupción, ya que cualquier incidente que altere el orden establecido irremediablemente generará un cambio en el statu quo, obligando a una reacción que puede ser circunstancial o incluso estructural. 

“Después de tres años de perturbaciones pandémicas y efectos dominó, el sector mundial del transporte marítimo de contenedores ha vuelto esencialmente a la normalidad. Los fletes en muchas rutas, aunque no en todas, se acercan a los niveles anteriores a la pandemia. La evolución de las tarifas en las principales rutas de exportación asiáticas ha seguido en gran medida la estacionalidad normal tras el Año Nuevo chino. La fiabilidad de la programación mundial ha mejorado hasta el punto de situarse casi en los niveles que se consideraban normales antes de la pandemia. Pero, como ya se ha mencionado, este es el caso desde una perspectiva global, con unas pocas rutas que todavía no se han normalizado del todo”, contextualiza JOC, mostrando una visión panorámica de cómo se ha dado el desenlace del natural ‘desinfle’ de la sobrerreacción de los consumidores durante la pandemia. 

Las salidas en blanco y la navegación lenta son herramientas probadas que generan el efecto de descompresión necesario cuando hay exceso de capacidad, esa ola de compras y saturación del libro de órdenes propio de los abultados bolsillos de las navieras que no durarán para siempre. La volatilidad de los fletes, los retrasos, la congestión portuaria e interrupción de los itinerarios, los conflictos laborales e incluso los impactos de las dinámicas intermodales son renovadas versiones de problemáticas que se presentan una y otra vez para desestabilizar una industria que sienta sus bases sobre el precario equilibrio entre el servicio de transporte y las permanentemente cambiantes condiciones del mercado en el que opera. 
Para más información:https://www.mundomaritimo.cl/noticias/la-diferencia-entre-normalizacion-y-estabilizacion-del-transporte-maritimo

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