Además de las preocupaciones por accidentes y actos vandálicos, el informe de Prosegur destaca riesgos tecnológicos, climáticos y de seguridad que enfrentan los puertos en América Latina.
En su reciente estudio titulado «Seguridad en Infraestructuras Portuarias de América Latina», Prosegur ha arrojado luz sobre una serie de riesgos y amenazas que plantean desafíos significativos para los puertos en la región.
La correcta operación de estas instalaciones, así como la seguridad nacional y el bienestar de los trabajadores, se ven comprometidos por una serie de riesgos tecnológicos, en particular, la creciente amenaza de los ciberataques; los eventos climáticos cada vez más impredecibles debido al cambio climático; y el constante peligro de robos y secuestros de bienes.
Riesgos Tecnológicos
La adopción de nuevas tecnologías en las empresas portuarias, si bien optimiza las operaciones, también introduce nuevos desafíos. La exposición a ciberamenazas y la vulnerabilidad a los ciberataques han llevado a gobiernos latinoamericanos, como México, Chile y Brasil, a impulsar estrategias nacionales para la formación en Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC).
La falta de personal cualificado en el manejo de estas tecnologías expone a entidades multinacionales a riesgos financieros significativos, como ejemplifica el caso de Maersk, que ha sufrido pérdidas millonarias debido a ciberataques en los últimos años. Además, es crucial destacar que la información crítica almacenada en los puertos y la abundancia de datos en dispositivos digitales contienen información sensible para la seguridad nacional.
De acuerdo con la CEPAL, los ciberataques han aumentado en un 175% desde 2016, y se prevé un crecimiento exponencial en los próximos años. Incidentes como el ransomware WannaCry (2017) y NotPety (2018) se vuelven cada vez más comunes. Aunque el phishing ha sido el vector principal de estos ataques, los casos atribuidos a malas prácticas de empleados o a hackers infiltrados también están en aumento.
Dependencia Energética
La digitalización conlleva una mayor dependencia energética para el funcionamiento adecuado de las infraestructuras portuarias. Este riesgo subraya la importancia de mantener un suministro energético estable para garantizar operaciones óptimas. De lo contrario, la falta de energía puede resultar en condiciones ambientales deterioradas, aumentando el riesgo de incendios y fugas de agua, con efectos negativos en las condiciones laborales y la salud de los empleados.
Riesgos Climáticos
Dada su ubicación costera, los puertos están expuestos a diversos eventos climáticos, siendo los primeros en sentir el impacto. Desde tormentas tropicales y huracanes en el Caribe hasta la temporada de lluvias en zonas selváticas de América Latina, los eventos climáticos plantean desafíos significativos.
Aunque las previsiones meteorológicas permiten cierta preparación para estos eventos, el cambio climático introduce una mayor incertidumbre, con eventos extremos más frecuentes e impredecibles. Además, la interconexión global significa que los impactos en otras partes del mundo también repercuten en la actividad portuaria latinoamericana.
Enfermedades y Accidentes
Enfermedades que afectan a la mano de obra y accidentes también amenazan la operatividad portuaria. La pandemia de COVID-19 demostró cómo una enfermedad puede paralizar puertos y tener repercusiones globales, como sucedió con el puerto de Shanghái en China. Asimismo, los accidentes, como un buque varado, pueden interrumpir toda la cadena operativa y afectar la productividad y seguridad de los trabajadores.
Robos y Actos Vandálicos
El robo de carga y secuestro de bienes son preocupaciones criminales fundamentales en los puertos. Según el Índice de Crimen Organizado, México, Brasil, Colombia, Honduras, Panamá y Venezuela encabezan la lista de países latinoamericanos con alta incidencia de criminalidad organizada. En contraste, Chile, Ecuador y Perú experimentan una mayor incidencia de actos vandálicos, a menudo vinculados a tensiones internas y conflictos sociales.
Con estas amenazas en mente, es imperativo que los puertos latinoamericanos adopten medidas integrales de seguridad y resiliencia para garantizar su operación y contribución continua al comercio regional y global.