El Canal de Panamá se encuentra en medio de la peor sequía registrada en 73 años, con una disminución del 41% en las precipitaciones. Esta situación ha llevado al lago Gatún, que suministra agua al canal y a la población del país, a niveles sin precedentes para esta época del año. Como respuesta, las autoridades han tomado la decisión de reducir progresivamente las reservas de tránsito de naves a partir de este mes, con un cronograma que abarca desde el 3 al 7 de noviembre, con 25 cupos, hasta el 1 de febrero, con solo 18 cupos, lo que representa una disminución del 50% con respecto al año anterior.
¿Qué impacto tendrá en las rutas de navegación para los buques que ya no puedan cruzar el Canal? La opción más probable es dirigirse hacia el Canal de Suez, lo que añadirá al menos una semana al viaje entre EE.UU. y China, o tomar la ruta alrededor del Cabo de Hornos. Estas alternativas tendrán un impacto directo en un mayor consumo de combustible y costos de flete más altos.
Peter Sand, analista jefe de Xeneta, ha descrito esta situación como un «desastre que se desarrolla en cámara lenta» y ha señalado que «esperamos que esto se prolongue durante al menos un año más».
Para los portacontenedores, la sequía se suma a una serie de interrupciones en los últimos años, incluyendo la pandemia que afectó a los exportadores manufactureros de China en 2020 y 2021, así como el bloqueo del Canal de Suez tras el encallamiento del «Ever Given» en 2021. La reducción anunciada en las reservas de tránsito alcanzará su punto máximo en febrero, justo cuando los importadores de EE.UU. y Europa buscan reabastecerse después del período de vacaciones del hemisferio norte.
Aunque las tarifas spot para la ruta desde Asia al Golfo de México y la Costa Este de EE.UU. han disminuido en los últimos meses, han mostrado recientemente ligeras alzas y podrían seguir aumentando a medida que la fila de espera se prolonga hasta febrero, según Peter Sand.
La carga de la ruta Transpacífico probablemente se desviará hacia los puertos de la Costa Oeste de Estados Unidos y se transportará en trenes o camiones en lugar de esperar a cruzar el Canal de Panamá, lo que ejercerá presión al alza sobre las tarifas.
Según Project44, en este escenario, un contenedor tardará aproximadamente un 10% más en llegar desde un puerto chino a su destino en la Costa Este de EE.UU., y es probable que los plazos de entrega por el Canal sigan siendo elevados, con la posibilidad de restricciones adicionales debido a las condiciones de sequía.
Las líneas navieras ya muestran signos de impaciencia, como el caso de ONE cuyo CEO, Jeremy Nixon, ha planteado la posibilidad de buscar otras rutas debido a los retrasos y las limitaciones de carga.
Construcción de un nuevo embalse
El Directorio del Canal ha propuesto construir un nuevo embalse en el río Indio para reforzar el suministro de agua y permitir entre 12 y 15 tránsitos adicionales a través del Canal. La construcción de esta obra, que costaría cerca de US$900 millones, podría comenzar a mediados de 2024, idealmente a principios de 2025.
Impacto en buques de graneles
A diferencia de los portacontenedores, los graneleros generalmente no hacen reservas, lo que significa que las navieras deben decidir si esperar durante días en los ingresos del Canal, pagar tarifas más altas para avanzar más rápido o evitar el canal por completo y optar por rutas más largas.
En 2022, aproximadamente 38,4 millones de toneladas largas de granos cruzaron el Canal, pero la prolongación de los tiempos de espera podría llevar a algunos comerciantes agrícolas a considerar desviar la carga a través del Canal de Suez o utilizar suministros asiáticos en lugar de cargas de fertilizantes desde Europa a la Costa Oeste de América del Sur (WCSA).
El Canal de Panamá es esencial para los tanqueros de productos que transportan principalmente propano licuado desde refinerías estadounidenses. La crisis hídrica coincide con un aumento proyectado del 12% en las exportaciones de propano de EE.UU. durante el próximo invierno septentrional en comparación con el año pasado. Sin embargo, las restricciones y retrasos en el Canal podrían resultar costosos tanto para las navieras como para los consumidores.
Las proyecciones sugieren que un menor número de tránsitos podría privar al gobierno de Panamá de ingresos significativos, aumentar los costos del transporte marítimo y aumentar las emisiones de gases de efecto invernadero debido a rutas más largas. Además, podría impulsar el interés en la construcción de rutas terrestres en México, Colombia y otros países con costas en el Atlántico y el Pacífico.