Posibles desvíos de carga desde Canadá y aumento notable del tamaño de los buques son factores de preocupación.
El bienestar de la economía desempeña un papel crucial en la demanda de transporte marítimo, y en ese sentido, ha habido algunas noticias alentadoras para las líneas navieras que buscan navegar con contenedores llenos. La inflación en EE. UU. se ha enfriado, con un reducido aumento del 0,16% del IPC en junio, excluyendo alimentos y energía, siendo el más bajo desde febrero de 2021. Esto ha llevado a los economistas de Goldman Sachs a reducir la probabilidad de una recesión en el segundo semestre, ahora estimada en un 20% en los próximos 12 meses, frente al 25% anterior. Además, ejemplos de resiliencia como las cifras récord de ventas de Prime Day hace dos semanas indican señales positivas para la demanda en el futuro. Aunque la actividad económica sigue siendo fuerte, se prevé que el PIB crezca a un ritmo por debajo de la tendencia.
Sin embargo, estos indicadores positivos aún no se reflejan en la actividad portuaria. Según el Baltic Freightos Index (FBX), los volúmenes de importación vía marítima de EE. UU. aún están por debajo del año pasado, aunque superan los niveles de junio de 2019, lo que sugiere una normalización del mercado en lugar de una caída abrupta. Drewry también comparte esta percepción, al indicar que los tiempos de tránsito y la productividad han vuelto a la normalidad en los puertos de la Costa Oeste de EE. UU. (USWC).
No obstante, existe una amenaza latente relacionada con Canadá. Drewry proyecta una caída del 8% en los volúmenes de carga en la Costa Oeste de Norteamérica (WCNA, que incluye Canadá, EE. UU. y México), debido en parte a las restricciones de calado en el Canal de Panamá que favorecen a la WCNA como punto de desembarque. Sin embargo, la persistente huelga en Canadá es un factor crucial en esta situación. Esto podría llevar a una desviación de carga hacia el sur de la WCNA, aumentando el riesgo de congestión en Los Ángeles y Long Beach. Aunque Seattle sigue siendo la primera opción de desvío para las líneas navieras, los estibadores locales no están dispuestos a manejar carga con destino a los puertos canadienses.
Además, el reciente aumento en el tamaño promedio de los buques en Long Beach, que según Drewry superó los 12,000 TEUs en abril, podría hacer que el complejo portuario sea particularmente vulnerable a la congestión en tierra. Si la huelga en los puertos canadienses persiste, la congestión podría extenderse a los tiempos de espera de los buques y prolongar los tiempos de tránsito.
En cuanto a las tarifas, las tarifas spot del transporte marítimo de contenedores desde Asia se han mantenido estables, aunque en la ruta Transpacífico han sido aproximadamente un 20% más bajas que los niveles de 2019 tanto en la USWC como en la USEC. Se prevé que los volúmenes de julio se acerquen a los niveles de 2019, lo que podría estar influyendo en esta disminución. Según el FBX, las tarifas spot de Asia a la USWC aumentaron un 2% a US$1,343/FEU, un 82% menos que en el mismo período del año pasado, mientras que las tarifas de Asia a la USEC se mantuvieron estables en US$2,376/FEU, un 76% más bajas que las tarifas de la misma semana en 2022.
El World Container Index (WCI) de Drewry registra un valor de US$1,965/FEU para la ruta Shanghái – Los Ángeles, con un aumento semanal del 10% y una caída interanual del 73%. Para la ruta Shanghái – Nueva York, la cifra es de US$2,906/FEU, con un aumento semanal del 7% y una baja interanual del 70%.
En resumen, aunque hay indicios de recuperación económica y normalización en la actividad portuaria, la amenaza latente de congestión portuaria en Los Ángeles y Long Beach persiste debido a los posibles desvíos de carga desde Canadá y al aumento del tamaño de los buques. La situación en los próximos meses requerirá una estrecha vigilancia para mitigar los posibles impactos en el transporte marítimo y la economía en general.