«La demanda estadounidense en la industria marítima: señales mixtas y perspectivas inciertas»

La industria marítima busca claridad sobre la demanda estadounidense y su impacto en la estabilidad del mercado. Mientras las importaciones muestran caídas interanuales, proyecciones optimistas sugieren un retorno a la normalidad previa a la pandemia.

La demanda estadounidense sigue siendo un tema dominante en la industria marítima, que busca encontrar señales que aclaren la incertidumbre sobre si se está volviendo a la normalidad anterior a la pandemia, lo que implicaría una corrección del mercado y una mayor estabilidad, o si la disminución persistirá, llevando a un retroceso aún mayor, el peor escenario posible. Esta pregunta es crucial, especialmente considerando que nos encontramos en el trimestre más activo del sector.

Según los datos de PIERS, las importaciones totales de EE. UU. alcanzaron casi 2,1 millones de TEUs en mayo. Aunque este fue el volumen de importación mensual más alto del año, representa un 20% menos en comparación con el mismo mes de 2022, lo que continúa una tendencia de caídas interanuales de dos dígitos que comenzó en noviembre pasado.

El Freightos Baltic Index (FBX) amplía la perspectiva hasta junio al analizar los datos del último informe de la Federación Nacional de Minoristas sobre los volúmenes de importación marítima de EE. UU. Las cifras muestran una montaña rusa con fluctuaciones dependiendo del parámetro de comparación: los volúmenes del mes pasado disminuyeron en comparación con mayo (lo cual es preocupante), pero estuvieron a la par con los niveles de 2019 (lo cual es positivo). Sin embargo, se proyecta una tendencia ascendente en los próximos meses, con un aumento del 4% en julio, del 5% en agosto y volúmenes elevados hasta octubre, con un rendimiento mensual hasta un 5% más alto que en 2019 (antes de la pandemia).

En este punto, el análisis de FBX establece su posición al afirmar que «aunque no todos están convencidos, estas proyecciones predicen un retorno a la estacionalidad y al crecimiento típicos en el período anterior a la pandemia». Esta interpretación tiene en cuenta el problema existente de los inventarios «aún elevados para muchos minoristas», pero destaca las expectativas de un nivel de gasto resiliente por parte de los consumidores durante la temporada de compras navideñas en los próximos meses.

Impacto en las tarifas de flete

Por supuesto, la demanda no es la única influencia en las tarifas, ya que estas pueden verse afectadas desde otras áreas. En este sentido, la huelga de los trabajadores de la ILWU de Canadá, que se encuentra en proceso de resolución, ha generado preocupación por posibles interrupciones que podrían aumentar los precios. De hecho, se observaron desvíos y cambios de itinerarios hacia los puertos de la Costa Oeste de los EE. UU.

Estos desvíos de volumen pueden haber sido un factor en los aumentos de las tarifas en la ruta Transpacífico la semana pasada, que registraron un incremento del 11% a US$1.319/FEU en la Costa Oeste y un 8% en la Costa Este. No obstante, la propia Federación Nacional de Minoristas ha tranquilizado este frente al anticipar un impacto mínimo de la huelga para los importadores de EE. UU.

Tal vez, un factor de mayor trascendencia para el comportamiento de las tarifas que los eventos en Canadá o el crecimiento moderado de la demanda, sea el exceso de capacidad que podría estar llevando a que los precios se sitúen en niveles de 2019 o incluso por debajo de ellos, a pesar de los volúmenes más altos registrados en mayo y junio de 2018 y 2019.

La capacidad excesiva parece ser un factor determinante, ya que incluso con el aumento de los volúmenes, las líneas navieras podrían tener dificultades para incrementar las tarifas, dado que se espera que nuevos buques ingresen a la ruta Transpacífico en agosto y septiembre, aumentando la capacidad en un 20-25% en comparación con el año pasado.

Por supuesto, los operadores son conscientes de esta situación y están tratando de mitigar el aumento de la oferta a través de más cancelaciones de itinerarios (blank sailings), reduciendo la velocidad de navegación y aumentando el número de recaladas en los puertos.

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