El mercado de carga refrigerada experimentará un crecimiento estimado del 2% al 3% en 2023, impulsado por las rutas del Lejano Oriente, según revela el informe mensual Ocean Reefer Market Update de mayo-junio publicado por la empresa logística DHL. Durante los dos primeros meses del año, el movimiento de carga fría fue lento, incluso registrando volúmenes inferiores a los de años anteriores en enero y febrero. Esto se debió a la falta de actividad en las rutas transpacíficas, intra-asiáticas y transatlánticas orientales. Sin embargo, marzo y abril marcaron una ligera mejora que indica una tendencia positiva para el resto del año. El informe afirma: «Creemos que el volumen general de carga refrigerada en 2023 aumentará entre un 2% y un 3% en comparación con el año pasado, ya que esperamos una recuperación en las rutas con menor rendimiento durante la temporada alta de la segunda mitad del año».
Rutas y volúmenes
Según el desglose del informe, las rutas desde y hacia Latinoamérica siguen las tendencias globales, pero la región experimenta una ligera escasez de contenedores refrigerados debido a la alta demanda de carga fría. En este sentido, las exportaciones de Sudamérica hacia Europa cuentan con tarifas estables y una amplia disponibilidad, mientras que Argentina, Brasil, Chile, México y Perú están recuperando progresivamente los inventarios de contenedores reefer de 40 pies. El informe advierte: «Soliciten un plazo de 15 días antes de zarpar para obtener espacio y equipos, especialmente en todos los puertos del WCSA. La congestión portuaria tiende a disminuir en Colombia, Panamá y Perú». Por otro lado, en la ruta hacia la región de Asia Pacífico, existe una ligera preocupación por la disponibilidad de equipos reefer de 40 pies vacíos, especialmente en la costa este, ya que los volúmenes de carga refrigerada se mantienen fuertes debido a las exportaciones a China. Las rutas dentro de la región presentan una disponibilidad limitada de enchufes, por lo que se recomienda hacer reservas con 30 días de anticipación para la carga saliente hacia Norteamérica.
En cuanto a las exportaciones desde Norteamérica hacia el hemisferio sur, se observan tarifas estables y una creciente demanda que está causando una escasez de contenedores reefer de 40 pies en puertos como Norfolk, Oakland, Seattle y Vancouver, con flujos hacia WCSA y ECSA.
Las exportaciones europeas hacia el mercado latinoamericano continúan experimentando una erosión de las tarifas tanto en la costa oeste como en la costa este. El informe menciona: «Sudamérica es un área de alta demanda y debido a las bajas tarifas, se espera que las navieras aprovechen las reservas hacia la zona, ya que no hay problemas de espacio». Por otro lado, las exportaciones europeas hacia Norteamérica también han experimentado una disminución en las tarifas, alcanzando valores pre-Covid-19 y sin problemas de espacio. Sin embargo, el desafío pronto será ajustar la capacidad para adaptarse a la menor demanda.
Novedades en capacidad
Algunas navieras están trabajando en aumentar y fortalecer su flota en ciertas rutas, como la ruta Asia-América del Norte. Además, se está fortaleciendo la infraestructura portuaria en puertos clave, como es el caso de APM Terminals en Róterdam. Esta terminal de contenedores Maasvlakte-2 se expandirá y se espera que entre en operación en 2026. Por otro lado, durante la primera mitad de abril, se registró una reducción en la cantidad de naves inactivas por tercera quincena consecutiva. Esto significa que menos buques se mantienen inactivos y están volviendo a operar en rutas que tuvieron menos actividad durante enero y febrero. Según el informe: «En las últimas dos semanas, la inactividad se redujo en 27 naves y 71,451 TEUs, lo que representa un 5.3% de la flota celular. Esperamos que la inactividad baje por debajo del 5%».
En cuanto a las ventas de demolición, han aumentado en comparación con el año pasado, con 28 portacontenedores de 500+ TEUs, lo que suma un total de 48,555 TEUs destinados al reciclaje. Aunque Wan Hai, Transworld y MSC son los vendedores más activos, el ritmo de demolición sigue siendo bajo en comparación con años anteriores debido a la alta demanda de arrendamientos a largo plazo. Se espera que la actividad de demolición aumente en los próximos meses.