Para la Cámara de Industrias de Costa Rica (CICR), el país acertadamente ha enfocado la ruta hacia el crecimiento económico a partir de la apertura comercial, la diversificación productiva y la atracción de la inversión. Sin embargo, consideran que la apertura comercial debe complementarse con acciones tendientes a facilitar el comercio y la competitividad.
El inicio de una política de apertura comercial de Costa Rica tuvo lugar hace más de cuarenta años, con la incursión en procesos de desgravación arancelaria unilateral y, posteriormente, con la ratificación del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) en 1990. Posteriormente, en 1995 el país suscribió su primer Tratado de Libre Comercio (TLC), un acuerdo bilateral con México.
El Tratado de Libre Comercio entre República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos (CAFTA-DR) fue un punto de inflexión en el proceso de apertura comercial en Costa Rica, no solo por el proceso que se desarrolló en torno a su ratificación sino también en virtud del impacto que tuvo esta decisión nacional en la modernización del marco normativo nacional.
Hoy, Costa Rica cuenta con 16 Tratados de Libre Comercio (TLCs) vigentes que permiten acceso preferencial de los productos que exportamos a los mercados de más de 57 socios comerciales, correspondientes al 67% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial. La plataforma de comercio exterior con la que cuenta el país da acceso a un tercio de la población mundial y a dos tercios del PIB Global. Adicionalmente los TLCs vigentes abarcan el 93% de las exportaciones y el 83% de las importaciones de bienes.
La internacionalización del país ha permitido diversificar la matriz de exportación, elemento que ha sido identificado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) como estratégico para sobrellevar el embate de la crisis derivada de la pandemia sanitaria que aún afecta tanto a Costa Rica como al mundo entero. También permitió construir un país cada vez más atractivo para la inversión extranjera. Para 2021 las exportaciones totales del país representaron un 38% del Producto Interno Bruto (PIB); con lo cual mantuvimos por tercer año consecutivo una balanza superavitaria, es decir, las exportaciones fueron mayores que las importaciones.
Según un estudio realizado en 2015 por la Organización Mundial del Comercio (OMC), los costos del comercio pueden llegar a representar el equivalente a un arancel ad valorem del 134% en los países de altos ingresos y del 219% en los países en desarrollo. Es por esto que la reducción de los plazos y los costos para comerciar resulta estratégica para la competitividad del país.
Para más información: https://cicr.com/noticias_pt/facilitacion-de-comercio-y-dialogo-publico-privado-son-esenciales-para-cosechar-los-beneficios-de-la-apertura-comercial/